Cada año, en Vintae, nos planteábamos la misma historia: “tenemos que hacer algo con Libalis”. Y es que gracias a los continuas felicitaciones y comentarios que nos enviabais éramos concientes de que Libalis no era un vino más, que teníamos un vino muy especial y diferente entre manos, pero por alguna razón, a la hora de plasmar esta singularidad en la etiqueta, nunca conseguíamos dar con la tecla apropiada. Desde su lanzamiento en 2002 la colección Libalis, ha tenido la friolera de 7 imágenes diferentes. Cierto es que en sus inicios la imagen, más que al vino, hacía referencia a la bodega en la que se elabora, siendo el Castillo el protagonista de las primeras versiones. En 2008, reflexionamos, y en un intento por plasmar en la etiqueta lo que creíamos que era el vino, el mundo floral sustituyó al Castillo. De esta manera intentamos reflejar la explosión de sabor o el perfil aromático, que siempre nos habéis dicho que os evoca Libalis. Cuatro ejemplos de la evolución de Libalis. Con tanto cambio, éramos conscientes de que corríamos el riesgo de confundir a los consumidores, pero aún así vimos que nos habíamos quedado cortos y que Libalis era mucho más… que no sólo era un vino muy intenso aromáticamente o sabroso, sino que gracias a vuestros comentarios, sabíamos que era participe de muchos momentos especiales, y por eso decidimos asumir el riesgo y embarcarnos en un nuevo cambio de imagen. Y así llegamos a 2011, un año repleto de reuniones, de reflexión (y de algunas botellas de Libalis como fuente de inspiración) en el que nuestro reto era destilar la esencia de Libalis y llevarlo a la botella. Hablando y hablando, nos dimos cuenta de que había algo en Libalis, que era común para todos: ¡siempre era el inicio de algo bueno!, pero el "qué" era subjetivo en cada caso: podía ser el vino perfecto para una cena en pareja, o para empezar una noche de fiesta con los amigos, o para una comida informal… Incluso fue el primer vino de Vintae! Y así tras un largo camino, en el que tanto Moruba como Brosmind, aportaron su talento creativo al proyecto, llegamos a este punto en el que tanto nos cundió el trabajo… que no presentamos una imagen, sino dos líneas de packaging diferentes, para que cada uno pueda elegir la que más le guste. Formato etiqueta y formato sleeve, sorprendente ¿no? Y después de todo este rollo que os hemos metido… Os queremos agradecer a los incondicionales de Libalis vuestro apoyo y comentarios, porque sin vuestro respaldo, con todo lo que hemos “mareado” la imagen de Libalis, seguro que este vino tan especial se hubiese quedado en el camino.