Ya vamos por la mitad de esta primera semana de primavera que estamos dedicando a la guerrilla. ¿Cómo habéis visto los anteriores guerrilleros? Bueno, igual aún no os ha dado tiempo a probarlos, pero si queréis decirnos qué esperais este año de esta pandilla, pues ya sabéis comentad, sin miedo!!
Bueno, la pareja que presentamos hoy, tiene tela... El primer Albariño elaborado en La Rioja y un Chardonnay que nos tiene encantados con su enorme capacidad de adaptación.
En el caso del albariño volvemos a estar satisfechos con el resultado de este guerrillero. A pesar de que las condiciones climáticas y de suelo son bastante diferentes a las que se dan en la zona de donde es originaria esta variedad -Galicia y norte de Portugal- el albariño del año pasado recibió comentarios satisfactorios. Las notas también fueron buenas. Con 87 puntos Parker, este guerrillero se colocó entre los albariños mejor puntuados por Rober Parker.
Carmelo, enólogo de Castillo de Maetierra, define el albariño de este año como un vino con un color amarillo pajizo con tonos entre dorado y verdoso. En nariz es intenso y franco con muchos aromas a frutas blancas como el melón y la pera. Por supuesto deja amplias notas a manzana ácida y un poco de fruta cítrica, también acompaña a estos aromas la mineralidad del terreno en el que es cultivada esta variedad. En boca es un vino explosivo, con una entrada suave y un final fresco y vivo debido a su acidez, nos deja un largo recuerdo a manzanas ácidas.
En el caso del Chardonnay, nos sorprendemos cada año por su capacidad de adaptación al medio. Poco a poco vamos consiguiendo que coja personalidad, carácter, complejidad, equilibrio y elegancia.Diríamos que es un vino con un color amarillo pálido con toques dorados muy elegantes, limpio y brillante. En nariz nos encontramos con un vino muy intenso, con mucha fruta fresca como melocotón, piña, melón, algo de lima, un toque de fresa ácida y algo de gominola y miel. En boca es un vino corpulento, untuoso, graso y glicérico, compensado con una perfecta acidez, formando una boca estructurada, equilibrada y elegante.
Pues nada, a disfrutar de otros dos guerrilleros. Nos queda por comentaros los dos alemanes con deje riojano. Para mañana, el Riesling y el Gewürztraminer.