Bardos Moradillo de Roa 202o
Tradición, autenticidad y viñedos de altura: un vino de pueblo de Moradillo de Roa.
Viñedo
Pequeñas parcelas viejas de edades comprendidas entre los 80 y 90 años, ubicadas en el Páramo de Corcos a 960 metros de altitud, en Moradillo de Roa. Un pueblo histórico de gran tradición vinícola donde se encuentra El Cotarro, uno de los barrios de bodegas más antiguos de la denominación, cuyo legado se remonta al siglo XV. Los suelos son de canto rodado con una capa inferior rica en sustrato arcilloso, lo que permite que sean suelos muy drenados en la superficie, mientras que la arcilla que se encuentra en la profundidad mantiene la frescura en los meses más secos y calurosos para el viñedo.
Vendimia
Vendimia manual el 9 de octubre.
Elaboración
Fermentación y maceración en una cuba de 9.000 kilos, a una temperatura de 28ºC, durante 3 semanas. Fermentación maloláctica en tina de 5.000 litros de roble europeo.
Varietal
Tinta Fina (Tempranillo), y en muy menor medida también encontramos Garnacha, Albillo Mayor, Bobal, Monastrell y Graciano.
Grado
15 % Vol.
Crianza
12 meses en una tina de 5.000 litros de roble europeo.
Nota de cata
Visual
Con capa muy alta, manifiesta tonalidades de cereza picota con ligeros matices oscuros de evolución en el ribete, formados durante su fase de crianza. Muestra una gran limpidez y brillo en la copa.
Nariz
De gran intensidad aromática, combina de forma muy elegante las notas de fruta madura con los matices del roble, destacando los tonos de cacao y chocolate negro. De fondo se aprecian también notas más complejas de piel de naranja y ciertas plantas aromáticas junto con un fondo de ciruela madura.
Boca
Manifiesta una gran estructura, característica de la Tinta Fina, aunque su entrada es de carácter dulce y amable. La potencia de la uva se ve reforzada por la interacción con el roble, generando así unas sensaciones de amplitud que se trasladan a lo largo de su paso por boca. Es un reflejo de la madurez que inducen los cantos rodados del páramo con el Sol acumulado durante el día, generando así esa calidez tan especial a la uva y esas sensaciones táctiles de gran amabilidad.