Locos por el vinoEste soy yo en plena batalla, pero os cuento cómo empezó todo...

Como todavía no me habíais leído por aquí, me presento: soy Carmelo y formo parte del equipo de Vintae. Normalmente la bodega Castillo de Maetierra ocupa mis pensamientos, pero estos días lo que me ha quitado el sueño, y  lo digo literalmente, 🙂  han sido las fiestas de Haro, porque yo soy de Haro y claro, he terminado, como todos los de allí, y como otros tantos que vienen de fuera, en la batalla del vino que se celebra todos los 29 de junio en los Riscos de Bilibio, coincidiendo con la festividad de San Pedro.

Batalla del vino 11

El origen de la fiesta no se conoce con claridad porque se mezclan la historia real con la popular y ya nadie distingue qué fue primero, si el huevo o la gallina. Bueno yo os cuento las dos versiones. La primera data del Siglo XV, cuando los vecinos de Haro llegaban en Romería a  los Riscos de Bilibio, situados a 6 Km de Haro, a celebrar una misa en honor a San Felices de Bilibio. Esta romería terminaba con una fiesta en la que todos se tiraban el vino que llevaban y de ahí fue evolucionando hasta nuestros días.

La segunda teoría, y la más popular, es que también en ese siglo hubo muchos litigios entre Haro y la ciudad vecina de Miranda de Ebro, luchando por la propiedad de los Riscos de Bilibio. No es porque yo sea de allí, pero Haro ganó la contienda y se declaró que a partir de entonces los Riscos pertenecían a la ciudad de Haro, siempre y cuando el 29 de Junio de cada año se celebrase la tradicional misa en honor de San Felices de Bilibio y la posterior Batalla del vino. Así que el primer año en el que ningún jarrero suba a esa celebración, el territorio de los Riscos de Bilibio pasaría a ser parte de Miranda de Ebro.

Como veis, las dos versiones tienen algo de verdad, pero la realidad hoy en día es que es una fiesta que si tenéis la ocasión no os podéis perder.

Os cuento en qué consiste y cómo la viví yo este año:

Locos por el vinoLa fiesta comienza el día 28 de Junio por la tarde, tomando unos pinchos y unos buenos vinos.

Alrededor de las 8:00 de la mañana del día 29 de junio comienza la romería hacia los riscos de Bilibio, donde la gente se busca la vida para subir, unos en coche, furgonetas, tractores, carros…

Se celebra la misa en la Ermita de San Felices y nada más terminar se dispara el cohete de comienzo de la Batalla, donde la gente pasa de estar medio dormida y cansada de la noche, a un frenesí de vino donde no hay otra más que el “sálvese quien pueda”. La contienda dura alrededor de 2 ó 3 horas, y va seguida de un buen almuerzo. Después de la batalla, no puede faltar un buen fuego para secar las ropas y, claro ya aprovecharlo para hacer unas buenas chuletillas de cordero.

Una vez sequitos y almorzados volvemos a Haro, donde damos las tradicionales “VUELTAS”, que básicamente consisten en que todos los que han subido a la romería danzan por la ciudad bailando a ritmo de charanga hasta llegar a la plaza de toros, donde los más osados  y, por qué no decirlo, un poquito inconscientes, se lían a hacer quiebros y pases a las vaquillas, (por cierto, que más de uno se lleva un buen susto para casa).

Locos por el vino

Llegamos ya a la hora de comer y aquí, para mí, viene la guinda final del pastel. Se comen tradicionalmente caracoles y hables con quien hables, te dirá que en su casa se preparan los mejores caracoles de Haro. Yo, por supuesto, como buen jarrero, digo que: “En mi casa se preparan los mejores caracoles, jaja”.

Bueno espero haberos animado a no perderos esta fiesta porque os prometo que no os vais a arrepentir nunca. Es toda una experiencia en la que vais a pasar un muy buen rato y de la que no os vais a poder olvidar en la vida. Aquí podéis ver algunas fotos de cómo discurrió el día, pero si queréis verlas todas, entrad en nuestra galería de fotos, como mínimo vais a sonreir! 🙂

Locos por el vinoLa ropa termina con un color irremediablemente rosado, pero nadie salió herido en la batalla así que ¡hasta el año que viene!

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