El Pacto de Cárdenas 2022 Ojo gallo
Un vino que recupera la tradición local más auténtica, un tinto con alma de blanco.
Viñedo
Tres parcelas centenarias y una cuarta plantada en 1957 (Los Cabos), en pleno Alto Najerilla, a 600 metros de altitud. Los suelos son arcillo ferrosos con alto componente de roca conglomerada en su base.
Vendimia
Vendimia manual la segunda quincena de septiembre.
Elaboración
Se elaboró como un vino de finca, las variedades tintas y blancas conjuntamente. Maceró durante cuatro días en depósito de hormigón, donde también fermentó parcialmente, aunque terminó su fermentación en depósito de inoxidable.
Varietal
Garnacha Tinta y Viura, aunque también hay cepas sueltas de Tempranillo, Malvasía, Graciano, Mazuelo y alguna variedad desconocida. En todas las parcelas hay coplantación de variedades blancas y tintas, siendo estas últimas mayoritarias.
Grado
13% Vol
Crianza
12 meses de crianza, la mitad en tina de roble de 5.000 litros y la otra mitad en un pequeño depósito de hormigón.
Nota de cata
Visual
Es un tinto de muy poca capa, de ahí su nombre. Manifiesta una gran vivacidad y preserva íntegras sus tonalidades rojas, tan típicas de la variedad Garnacha, que denotan energía y juventud. Posee un gran brillo que, unido a la gran intensidad de los tonos rojos, confieren en la copa una luminosidad muy especial.
Nariz
De gran intensidad aromática, conserva sus aromas primarios, a pesar de ser un vino criado. Destaca fundamentalmente la influencia de la Garnacha con las notas de frutos rojos, yogurt de fresa y ligeros toques de piruleta. Se perciben también ciertos tonos frescos, con notas balsámicas, florales y cítricas, más típicas de variedades blancas. Y de fondo, aparecen matices más cremosos y envolventes, resultado de su crianza en tina de roble. Es un vino que denota limpidez, frescor y un gran carácter frutal.
Boca
Es un vino “de trago largo”, con una gran fluidez en todo su recorrido por boca. Le acompaña una acidez marcada, pero totalmente integrada entre las sensaciones glicéricas y esa textura tan sutil que presenta. Abandona la estructura de los vinos tintos para mostrarse con total delicadeza, con un tacto lleno de suavidad y amabilidad, reflejo de un vino blanco. Su postgusto es de gran complejidad, entrelazándose las sensaciones de fruta con matices especiados y notas envolventes que le han dado la maduración en tina de roble. Pura elegancia dentro de un equilibrio de variedades.
95 puntos
TIm Atkin MW. Añada 2022.
94 puntos
Tim Atkin MW. Añada 2021.